lunes, 31 de octubre de 2011

Rousseau y el pensamiento filosófico


Diego Guillen Calderón

La filosofía como el surgimiento de los diferentes cuestionamientos acerca del ser, nos ha permitido una diversidad de ideas que continuamente se encuentran acordes a otras propuestas teóricas o simplemente resultan ser falacias antes los ojos de muchos. Prueba eficaz de ello, es lo que postula Rousseau, quien rechazaba tanto el dogma del pecado original como las tesis hobbesiana de que el hombre es un lobo para el hombre. Creía que el ser humano es bueno por naturaleza y que es la sociedad la que lo pervierte, alejándole del estado natural e instaurando un orden artificial basado en la opresión del débil por el fuerte y la rivalidad.
Pero, según postula el filósofo, todo se puede corregir a través de la educación y de una organización social y política adecuada. En su obra principal, El contrato social, Jean-Jacques Rousseau rechaza la monarquía y apoya la república, “el gobierno legítimo”. En esta obra hay una frase que expresa con meridiana claridad su ideario revolucionario: “El hombre nace libre, pero en todos lados está encadenado”. Su obra es una de las aportaciones más importantes para el desarrollo de la Ilustración.
La nueva política que propuso el pensamiento francés estaba basada en los conceptos de la voluntad general y del pueblo como soberano. En sus estudios políticos pergeñó un esquema social en el cual el poder recae sobre el pueblo. Creía que es posible vivir como conjunto sin necesidad de depender de un líder que imponga autoridad. Su propuesta se fundamenta en la libertad natural, según el cual el poder rige la sociedad es la voluntad general que mira por el bien común de todos los ciudadanos.
“Cada uno de nosotros pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general; y cada miembro es considerado parte indivisible del todo” escribe en El contrato social. A través de esta obra el pensador francés abre las puertas a la democracia. En ese nuevo escenario social, todos los ciudadanos reconocen la autoridad de la razón para unirse por una ley común en un mismo cuerpo político, ya que la ley que obedecen nace de ellos mismos. Según Rousseau, es el pueblo, mediante la ratificación de la voluntad general, el único cualificado para establecer las leyes que rigen su nueva sociedad común. Concibe la democracia como un gobierno directo del pueblo en el que todos los ciudadanos libres puedan concurrir a manifestar su voluntad para llegar a un acuerdo común o contrato social.
Eso proponía quien en su momento fue denominado el lobo solitario ¿Y tú, qué propuestas tienes ante la filosofía?

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